LA JUVENTUD NUESTRA
Terminando una Controversia
(Selecto)
En una ocasión, después que una ola serena de insultos había sido arrojado contra la Biblia y su defensor, el profesor de repente dijo: "De la única manera que se podrá terminar este asunto es que este joven Cristiano escriba un artículo en defensa de la Biblia y sus enseñanzas, y yo escogeré a otro del aula para presentar el otro lado". El profesor como es natural, tuvo el cuidado de elegir a uno que él creía capaz de contradecir cualquier argumento que su oponente podía presentar.
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Finalmente llegó el día del concurso. El aula se llenó a todas su capacidad con un grupo expectante. Después de los preliminares de costumbre el profesor ateo llamó al joven Cristiano para tomar la plataforma y presentar sus encuentros. Con calma y confianza nacida de la humilde dependencia en el D-s de la Biblia por su ayuda, caminó con valor hacia la plataforma y leyó el papel que llevaba en la mano. Compuesto mayormente de los textos del mismo Libro. Hizo muy pocos comentarios porque las Escrituras citadas eran muy claras y correctamente aplicadas.
El arrogante profesor llamó después a su estudiante favorito para leer su artículo en contradicción del artículo anterior. Un silencio profundo envolvió el auditorio mientras el campeón de los ateos camino con firmeza hacia el frente del aula. El también se enfrentó al profesor y condiscípulos con una calma extraordinaria, comenzando a hablar, dijo: "Honorable Profesor y condiscípulos, yo creí innecesario preparar un papel sobre el tema que tenemos entre mano, por tanto, les daré oralmente el resultado de mi investigación.
Primero, quiero asegurarles que yo he pasado muchas horas escudriñando la Biblia hasta cansarme para evidencia de su falibilidad. Busqué con diligencia para posibles contradicciones pero no hallé ninguna. Para que sepan cuán completamente busqué les diré que leí todo el Nuevo Testamento tres veces y el evangelio según San Juan dieciséis veces. Cuanto más leía y estudiaba el Libro tanto más quedaba convencido que no era de origen humano. Tan sublimes y tan profundos eran los dichos de la Biblia que un sentimiento de condenación vino sobre mí. Parecía que yo leía un libro escrito expresamente par mí. Me sentí bajo convicción, vi mi pecado y necedad y ahora soy un firme creyente en la Biblia como la Palabra de D-s. No sólo creo que la Biblia es la Palabra de D-s sino que he aceptado a Cto., J.s., como Mi Salvador".
El lector bien podrá imaginar el efecto eléctrico que tuvo la confesión de este joven sobre el grupo de estudiantes, así como sobre el profesor, que había contado tanto en la defensa. El auditorio estaba asombrado y confundido. Después de un silencio doloroso durante el cual el profesor recobró su tranquilidad, prontamente despidió la junta.
Lector, ¿usted, como este joven estudiante ha leído el maravilloso evangelio de San dieciséis o aún seis veces? Usted como este joven, ¿ha descubierto su pecado y necesidad? La Palabra de D-s declara: "Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de D-s" (Rom. 3.23). Ya que Usted y yo hemos pecado necesitamos un Salvador, y cuán admirable es leer en este mismo libro que J.s., vino al mundo para "SALVAR A LOS PECADORES" (1Tim. 1.15). "Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos" (Hech. 4.12).
-Clifton Umstead