Monday, April 2, 2012

Ungido Alberto Arce...desde Phoneix, Arizona EE.UU.


Un Sueño Extraño
Una vez en un sueño muy extraño fui transportado a un lugar inexplicablemente bello y hermoso.  Recuerdo que estaba rodeado de muchos frutos llenos de dones y virtudes, grandes, medianos y pequeños, muy preciosos y brillantes.  Curiosamente hacía amistades con muchos de ellos, conociéndolos por sus virtudes.  Unos me decían que querían ser parte de mí, además me acompañaban unos frutos que ya formaban parte de mí, virtuosos, que me hacían sentir bien.  Sin embargo, a muchísimos otros frutos se les eran impedidos acercarse a mí porque no era el tiempo de hablarme.  Mientras ellos deseaban conocerme, los que estaban cerca se presentaban asimismo conmigo.  Me decían sus nombres y aún me decían las virtudes y dones de las cuales ellos formaban.  Me acuerdo de varios de ellos a pesar de que eran muchos los que me dijeron sus nombres, no pude memorizarme todos porque eran demasiados.  Te diré de los únicos que me acuerdo, uno de ellos se llamaba TODO LO CREE, SANTIDAD, otro, BONDAD, otro, AMOR, otro, PACIENCIA, FE, TOLERANCIA, BENIGNIDAD, TEMPLANZA, PERDÓN, SUFRIR,  y uno de ellos que por nombre llevaba, LA CARIDAD, y cubría a todos los demás con su grandeza.  
Artist Alberto Arce
Eran nombres muy hermosos, ¡cómo se tomaron un buen tiempo para nombrarlos así!  También los nombres de mis frutos que me acompañaban eran hermosos ellos se llamaban, OBRA, PREDICACIÓN, ORACIÓN, DEVOCIONAL, SERVICIO, INSPIRACIÓN, y OBEDIENCIA.  Había uno muy especial y diferente a los demás porque siempre estaba bien apegado a mí.  Él a veces se miraba que lo había ignorado por su tristeza reflejada en él, y cuando no, estaba feliz y gozoso, pues es quién me introducía a los frutos.  El personaje que me acompañaba y me advertía de todas estas cosas se llamaba DON DEL E.S., de buen parecer y me amaba mucho por las advertencias y cuidado que me daba.  Él me decía, que es lo que estaba bien, me recordaba que la amistad con el pecado no es buena y ni conveniente acercársele.  EL PECADO, es un demonio malo que pasa a la luz y engaña a muchos por sus palabras elocuentes y conmovedoras.  
Al continuar el sueño, había alguien que a mis ojos enfocó mucha atención, era alguien desconocida, no era un ángel, ni fruto, ni espíritu, era un ALMA idéntica a mí.  Ella estando sola y desamparada, triste, y sin ningún fruto que me acompañara y aconsejara.  Los únicos que estaban con ella eran serpientes y demonios de todas clases, malos y con un aspecto feo que daban miedo al mirarlos.  Había un demonio que no era virtuoso que en la luz le decían, EL ENEMIGO, grande y horroroso era su aspecto.  Además se burlaba de aquella alma con risa de victoria.  El don del E.S. me dijo que si alguno caía en las garras de ese maligno burlón, no hallaría la salida de su presencia ni de sus burlas, por cuanto el mismo burlón quitaba el ánimo de crecer y de seguir adelante.  
Contínuamente fui con aquella alma para hacerle compañía, porque además el don del E.S. me dijo que ella no pertenecía allí, entonces como pude proseguí adelante con la ayuda del don espiritual y con mis frutos virtuosos llegué al destino.  Y aún otros de la multitud de frutos que conocí me ayudaron para mostrarme que eran de confianza y para conocer sus virtudes y que formaran parte de mí.  Entonces acercándomele lo más cerca que pude me presenté a “mí” y al don espiritual diciéndole:

-Hola, me llamo Yo, y el don del E.S. es mi sello hermoso e incomparable.  
Rápidamente, pregunté con el interés de ayudarla: 
-¿Cómo te llamas, por qué estas sola sentada allí?  
Le pregunté, invitándola a las muchas oportunidades que puede tener de conocer a muchos frutos virtuosos y ser feliz.  Entonces con una débil voz temblorienta, y con miedo de que el burlón la escuchara me dijo:
-Mi nombre es Tú, y estoy esperando a alguien aún más grande y poderoso que todos aquellos frutos.  Hermoso y bellísimo me cuentan que es, más que todos los arcángeles, querubines, serafines, y ángeles, Creador de todo don y virtud que viven en él por su luz infundible.  
Terminando sin aliento contestó.  Y entonces respondí:
-Tú, verdad, ‘mucho gusto Tú’.  
Añadiendo con una sonrisa de confianza y potestad.  Pregunté entonces ansioso de saber quién era, es y será aquel de quién ella me cuenta que es todo esto:  
-Dime tú, entonces ¿cuál es el nombre de aquel que esperas ansiosamente?  
Ella contestando lentamente y mirandome a los ojos, reflejando aquella grande esperanza de que aquel personaje la iba a liberar de toda esa soledad respondió y dijo:
-Su nombre es, EL SALVADOR y espero pues que me libere de las garras del enemigo y me lleve a su palacio de riquezas donde hay abundancia eterna.  
Con un corazón quebrantado al oír estas palabras, supe que mi deber y aún labor era presentarle en sus manos delicadas el Libro de las Instrucciones para llegar con aquel gran personaje que por nombre es:  EL SALVADOR, el cual conozco y le sirvo como su hijo.  
-¿El es mi Padre?  
-¡Por Supuesto!  
Gritando de gusto en voz audible sin que ella tuviera ni una idea del porqué lo había hecho, entonces gozoso le dije:
-Te llevo con él, se el camino, es largo, pero con el Libro de las Instrucciones llegaremos.  Entonces con una sonrisa en sus labios y con los ojos llenos de esperanza y felicidad reflejado en su rostro, segura de ello le contestó diciendo:
-¡VAMOS!...
FIN