A nuestros lectores: Este ensayo fue escrito hace más de 60 años...contemplemos en la tecnología y su influencia en nuestros jóvenes y comparemoslo con el ayer y el hoy...
"Instruye al niño en su carrera: aun cuando fuere viejo, no se apartará de ella".
"Que nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud; nuestras hijas como las esquinas labradas a manera de las de un palacio".
No ganamos nada al hacer comparaciones, cuando somo obligados por las circunstancias a notar en la forma en que son criados y manejados los hijos de padres Cristianos y como lo eran en el corto espacio de hace treinta años. Bien podemos recordar, es decir la mayoría de nosotros, cuando la hora de acostarse era una devoción religiosa.
Cada noche a "cierta hora" la madre Cristiana dejaba sus remiendos, que la mayoría de los casos eran un montón, traía la Biblia, mandaba a los hijos que dejaran sus libros o jugetes según fuera el caso, llamaba al esposo quien estaba ocupado arreglando zapatos o remendando monturas y les decía que era la hora para la lectura Bíblica nocturna. La porción se leía cuidadosamente y con reverencia, sin omitir ninguna parte, porque fuera difícil de comprender. Se hacían sencillos comentarios, quizá algunas cuantas preguntas por lo niños, y entonces todos se arrodillaban al lado de sus sillas mientras el padre pedía que la bendición de D-s fuera sobre lo que había sido leído y particularmente sobre cada miembro de la familia, con un conocimientos salvador de su redención por Cristo. ¡Qué tiempos tan solemnes eran esos! ¡Qué ansiosos nos sentíamos, y cómo el E.S. de D-s contendía con nosotros día tras día hasta que a una temprana edad éramos dirigidos a dar fin al "yo", y al rendimiento a la gracia salvadora de Uno que murió para que nosotros pudiéramos vivir.



¿Qué están haciendo para nuestros niños estos cuentos a la hora de dormir? Para decir lo menos, los están haciendo tener la mente mundanal. ¿Son nuestros hogares y nuestras reuniones tan edificantes como eran unos veinte años atrás? No. ¿Por qué? Nuestros niños, nosotros mismo, nuestros hermanos ministros, estamos pasando no minutos, sino enmuchos casos horas al día en el mundo, via radio. Puedo recordar cuando un Predicador en el hogar, era un terror para los niños. El siempre estaba preguntando acerca de sus almas. No se sentaba a leer el periódico, ni a decir chistes. Era un hombre tranquilo, solemne, piadoso y estudioso. Tenía poder con D-s, su lengua cortaba como una espada. Ahora todo esta cambiado. En muchos casos, él también tiene su programa favorito sabe qué team está ganando y que está pasando en todas partes; en verdad la carne se siente bien en casa con él, y con los anuncios de las cervezas o del tabaco en los hogares Cristianos. Hoy en día todas las marcas son anunciadas después de la comida, en la noche, y descritas en forma tal, casi para demandar que usted vaya a la primera esquina para comprar una caja o un paquete.
A la luz de todo esto, vamos a ruborizarnos de vergüenza, quebrar en pedazos nuestros ídolos, confesar nuestros pecados, y clamar a D-s pidiendo gracia para remediar (si es que podemos; yo lo dudo) el mal hecho ya, y los resultados que están por cegar a nuestros hijos, confiando en Él para que salve sus almas. Vamos a tener el goce de nuestra salvación restaurada, y una vez más que tengan nuestros hijos historietas piadosas y no cuentos mundanales.
¡Atiendan! ¿No oyen al Salmista diciendo: "Venid hijos oídme, el TEMOR de Jah OS ENSEÑARÉ" (Sal. 34:11).
Creemos que el factor más grande que está minando nuestra vida espiritual reside en nuestros hogares: EL RADIO. "Hijitos, guardaos de los ídolos" (1Jn. 5:22). "Si alguno ama al mundo, el amor del PADRE no está en él" (1Jn. 2:15).